Celebración del Día de la Candelaria en México: Tradiciones y Sabores Inigualables

En México, el Día de la Candelaria se acostumbra que, quien obtuvo el niño oculto en la rosca de reyes, haga una fiesta (tradicionalmente basada en tamales y atole, ambos productos de maíz). Esta tradición tiene raíces prehispánicas; en muchos pueblos los habitantes llevan a la iglesia mazorcas para que sean bendecidas a fin de sembrar sus granos en el ciclo agrícola que inicia, pues el 2 de febrero coincide con el undécimo día del primer mes del antiguo calendario azteca, cuando se celebraba a algunos dioses tlaloques, según fray Bernardino de Sahagún. En el centro de México se acostumbra vestir al niño Dios del nacimiento navideño y llevarlo a oír misa, después de lo cual, es colocado en un nicho donde permanecerá el resto del año.

La festividad en honor a la Virgen de la Candelaria venerada en el pueblo de La Candelaria, Coyoacán se ve distinguida por el colorido de sus andas que se remontan a la época prehispánica. Elaboradas con flores naturales sostenidas por una estructura de madera, son su mayor vista de manera folklórica.

Así mismo los habitantes de esta zona, elaboran tapetes de aserrín pintado, lo que marca un alto talento en el manejo de matea, acompañada de salvas de cohetes, castillos multicolores, su tradicional atolada (llamada así por la cantidad de atole de pinole, que es obsequiado a toda la gente para mitigar el frío de la noche) pueblos vecinos que al igual que las comparsas en Europa, realizan caravanas con imágenes religiosas de los pueblos circunvecinos.

  • San Juan de los Lagos, Jalisco
  • Tlacotalpan, Veracruz
  • La Candelaria, Campeche
  • Zumpango del Río, Guerrero
  • Tacubaya, ciudad de México
  • Mixcoac, Ciudad de México
  • Villa Purificación, Jalisco

El Platillo Tipico Mexicano

Los tamales, alimento que data de la época precolombina y que forma parte de la dieta de los mexicanos, se sirven calientes, habiéndolos de diferentes variedades, tales como: rajas con queso, verdes, mole con pollo o carne de puerco y de dulce. Tradicionalmente se degustan con atole de distintos sabores o café.

En muchas esquinas o entre las calles, principalmente de los barrios populares o clasemedieros de la capital, e incluso de varias ciudades del interior del país, se puede encontrar algún vendedor de tamales. La mayoría de los mexicanos come tamales durante el transcurso del año, pero el Día de la Candelaria respresenta una fecha especial para ello. Después de la misa de bendición del Niño Dios se retorna a casa para celebrar el acontecimiento con tamales y atole.

El fraile español Bernardino de Sahagún, en sus escritos, se refiere a la gran variedad de tamales que se podían encontrar en los mercados de aquel entonces y que, incluso, estaban presentes en los banquetes del emperador Moctezuma. Esta comida tiene mucha influencia azteca. En aquel entonces los tamales los rellenaban con chile dulce, tomate y semillas de zapallo molidas, mezcladas a las carnes de faisanes, codornices y pavos. Los preparaban con semillas de ayote o zapallo molidas, tomate, miel de abejas y caracoles. Para esto utilizaban carnes de xulo o perro mudo, tepezcuintle, chompipe y venado y los envolvían en hojas de maíz.

Con la llegada de los españoles, se les agregaron ingredientes traídos de Europa, tales como garbanzos, arroz, aceitunas, alcaparras, pasas y ciruelas, Por lo tanto, el tamal preparado en familia es una mezcla entre lo prehispánico y lo español. Sin embargo, hoy día se degustan regularmente ya sean solos o en torta (se utiliza el bolillo o el birote).

Tamales de dulce, verdes y mole, o tamales oaxaqueños…de cuál gusta, pásele joven, güerita, señor, de cuál le damos, pásele…, son algunas de las frases con las que vendedores ofrecen su manjar en esta gran metrópoli.

Los tamales son antojo de niños, jóvenes y adultos y en cada región del país se elaboran de acuerdo a sus costumbres o preferencias.

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