La Cuellar

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Cuellar puede ser el apellido de su esposo, no hay mayores datos de su identidad. Ninguna calle lleva su nombre sin embargo, subsisten hasta nuestros días la tradición de celebrarla y recordar sus proezas, pues son únicas, llevaba pólvora a los Insurgentes “Inquieto Mongoy”, Urzúa y Ordiera que resguardaban las trincheras. La forma de llevarla, sin despertar sospecha de parte de los realistas era la siguiente:

Pequeñas bolsas eran llenadas con el material explosivo por ella y su esposo para enseguida ser cuidadosamente amarradas a un cinturón que se sujetaba a la cintura debajo de su falda y así podía transportarla sin problemas.

Se cree que vivía en Cuahuxtla con su esposo y éste comisionado para fabricar la pólvora, antes del Sitio se dedicaba a elaborar castillos y cohetes para las fiestas patronales de la región.

Cuando escaseó el parque de armas y cañones, el General Morelos ofreció cinco pesos por cada bala de cañón sin explotar que le llevaran.

La Cuellar sabía los lugares donde caían con frecuencia los artefactos realistas y ésta, atenta, exponiendo su vida; cuando veía caer un proyectil corría con un cántaro con agua y la vaciaba sobre éste. La operación era delicada mas la Cuellar, siempre salió ilesa.

De las bombas que rescataba, mismas a las que se les quebraba la espoleta elaboraban cartuchos.

Otros pobladores también aprovecharon la oferta del general Morelos y se ganaron unos pesos.

Autor: Tere Soto

 

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