Beneficios de la píldora anticonceptiva

Hace cuatro décadas apareció en el mercado mundial la pastilla anticonceptiva. Su misión primaria -que era controlar la natalidad– ha ido cambiando ligeramente. Actualmente esel método más utilizado por las mujeres para prevenir embarazos no deseados.

La píldora anticonceptiva comenzó a ser comercializada en 1960, introduciéndose en el mundo femenino como una mezcla hormonal de estrógenos y progesterona que transformaría notablemente sus relaciones con los hombres y, por ende, la tradicional conformación familiar. A partir de ese momento, la mujer tomó control de su vida sexual al no tener que depender del preservativo masculino, creado en siglos anteriores y tiempo después indispensable en la prevención de contagio del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida).

La Organización Mundial de la Salud asegura que los anticonceptivos orales son los más seguros para las mujeres -menores de 40 años- que sepan que no están embarazadas. Se estima que anualmente -en los países subdesarrollados- mueren 6.000 mujeres por complicaciones en los embarazos. 13% de esa mortalidad es producto de los abortos.

A pesar de que la píldora anticonceptiva no protege a la mujer del contagio de enfermedades de transmisión sexual, sus aspectos positivos superan a los negativos. Por lo tanto, no hay que escudarse tras los llamados y célebres “efectos secundarios” para evitar tomarla regularmente.

Las ventajas más conocidas de la píldora anticonceptiva son:

Mujeres organizadas en Latinoamérica

El Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam) es una asociación civil sin fines de lucro que tiene como objetivo cuidar y mejorar la salud de la mujer a través de investigaciones y proyectos educativos e informativos. La idea es generar mayor conciencia acerca de los problemas relacionados con la salud reproductiva. Celsam se preocupa por los altos índices de morbilidad y mortalidad materna como consecuencia de embarazos no deseados, sobre todo en madres adolescentes.

Ayudar a orientar a los jóvenes para que se inicien sexualmente a tiempo y con responsabilidad son algunas de las medidas que los padres, los planteles educativos, la red nacional de salud y los medios de comunicación social deben tomar para encaminar a la población en general y reducir los índices de niños no deseados, abortos criminales, maltrato infantil, niñez abandonada, ausentismo escolar y, lo más importante, pérdida del proyecto de vida, que -a la larga- se traduce en mayor pobreza.

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