Cruces de Pericón: Un Legado Ancestral Que Ilumina el Presente

En las últimas horas de cada 28 de septiembre, las calles de algunas poblaciones mexicanas se llenan de un resplandor especial. Es el momento en el que las cruces de pericón comienzan a aparecer en puertas y ventanas, en las cuatro esquinas de los sembradíos, en los comercios y en los medios de transporte.

¿Cuál es el significado detrás de esta enigmática tradición que persiste a lo largo de los años?

El pericón, también conocido como Yiauhtli en náhuatl, es una planta con flores amarillas que florece entre septiembre y noviembre. Su uso abarca desde lo ceremonial hasta lo curativo. Sin embargo, su importancia radica en la tradición de las cruces de pericón, que se remonta a tiempos prehispánicos y guarda una estrecha relación con San Miguel Arcángel.

El día 28 de septiembre es crucial en esta tradición. Según el INAH, se confeccionan cruces con las flores de pericón y se colocan en lugares estratégicos. Esto se hace como elemento de protección contra los “aires” y el “enemigo”, haciendo referencia a la batalla entre San Miguel Arcángel y el diablo.

En algunas localidades como Xoxocotla, Coatetelco y Alpuyeca, los pobladores tienen la costumbre de llevar flores de pericón para decorar las tumbas de sus seres queridos difuntos, como un gesto de respeto y amor.

Pero la tradición va más allá. En tiempos prehispánicos, el 28 de septiembre marcaba el inicio del Ochpaniztli, “el barrimiento de los caminos”. Este evento marcaba el fin del ciclo agrícola, la caída de los frutos previa (Xocothueztli) y la llegada del amarillo a la tierra por los pastos, hojas y cañas. También se esparcían semillas, preparando el terreno para futuras cosechas.

¿Qué hay del día de San Miguel Arcángel?

Durante las últimas horas del 28 y las primeras del 29 de septiembre, en diferentes comunidades mexicanas se celebra la fiesta patronal de San Miguel Arcángel, líder de los ejércitos de ángeles según la religión judeocristiana. Se cuenta que en esta fecha, el diablo se libera de su prisión y es San Miguel quien, con su espada, vence al mal, encerrándolo nuevamente en las profundidades de la Tierra.

Así que, cuando veas las cruces de pericón en las noches de finales de septiembre, recuerda que más allá de su belleza, estas cruces encierran una rica tradición llena de significado y protección.

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